Iglesia de San Fiz de Solovio

La iglesia de San Fiz de Solovio, considerada el primer templo de la ciudad. Muchos estudios sitúan en este lugar el primitivo emplazamiento del núcleo urbano de Santiago, en los alrededores del bosque Libredón. Cuenta la leyenda que un ermitaño llamado Pelayo, que vivía en las proximidades de este lugar dedicado a la contemplación y penitencia, fue el primero en avistar las luces que indicaban el lugar exacto donde estaba situado el Sepulcro del Apóstol. El primitivo templo fue mandado construir en el S. X por el Obispo Sinando. Más tarde destruido por Almanzor en el año 997, su reconstrucción se terminó en tiempos del Obispo Xelmirez en el S. XII. De esta etapa románica se conservan pocas cosas entre las que podemos destacar el arco de la portada. El aspecto actual es debido a la reforma llevada a cabo a principios del S. XVIII.

En el muro norte del presbiterio se conserva el sepulcro de efigie yacente del cardenal Lopo Gonzáles de Carballido, labrado en los primeros años del XVI. El retablo principal es barroco de un sólo cuerpo y rematado por un ático. Está dedicado a la Virgen de los milagros, que aparece en el profundo nicho central.

En el XVIII se puso fin a los trabajos de ensanche, contando así con tres naves y un nuevo campanario barroco con apariencia inestable debido a la concentración de volúmenes en su parte superior. Esta fue la primera Obra de Simón Rodríguez. Es otro ejemplo claro del barroco de placas tan común en Galicia.

En el tímpano gótico del S. XIV aparece representada la Adoración de los Magos, con las figuras de la Virgen con el Niño, San José apoyado en un bastón y la figura del donante Juan de Ben que costeó la obra. Este tímpano conserva algo de policromía aunque no es la original.