Plaza do Toural

La fuente de la plaza del Toural tiene una historia un tanto siniestra. Es curiosa. Según consta en la actas, fue solicitada por los ciudadanos alrededor de 1584 e instalada finalmente en 1820, es decir, con casi trescientos años de retraso, la burocracia también iba lenta en aquellos tiempos. El motivo de dicho retraso fue que no había agua que alimentase la futura fuente. El agua llegaba canalizada hasta en el edificio de la inquisición, situado en el solar que hoy ocupa el Hotel Compostela, a unos 200 metros en línea recta. Hubo que esperar hasta que la inquisición fuera abolida, su edificio pujado y su agua reconducida para uso público para que se pudiese llevar a cabo la obra. El agua que pasó a alimentar esa fuente fue la que bebían los condenados por sabe Dios qué inventados crímenes en aquella tenebrosa y oscura época de nuestra historia.

Esta fuente no es que sea una belleza, pero también tiene una historia. El ánfora que la corona fue producto de un malentendido. La primera versión mostraba un busto del dios Marte. Pero entonces alguien empezó a decir que se parecía al General Quiroga, que era un liberal proscrito, por lo que se hizo un cambio apresurado del dios por la ánfora. Es una ánfora de vino, según parece, de todas maneras es totalmente neutral a cualquier tendencia política de la época.

El edificio principal de esta plaza es el Palacio de Bendaña, del siglo XVIII, con grandes balcones con barandas de hierro de gran valor artístico. Ha sido habitado por diferentes particulares, luego fue local ocupado por el Casino de Compostela y en la actualidad es sede provisional de la fundación Granell.

La fachada de Bendaña está coronada por una estatua que representa a Atlas soportando una pesada bola del mundo sobre sus hombros. Dice la maledicencia compostelana que este personaje podrá descansar y dejar caer su pesada carga cuando por debajo de él pase una doncella virgen o un estudiante que nunca haya suspendido ninguna asignatura. ¡Cómo es la gente!.