San Domingos de Bonaval

Emplazada en el Camino de Santiago, la Iglesia de San Domingos de Bonaval fue fundada por Santo Domingo en su peregrinación a Santiago en 1219. Bajo el mecenazgo de arzobispos dominicos tuvo su mayor época de esplendor construyéndose nuevas capillas y ampliándose el edificio medieval.

Fue convento e iglesia desde el siglo XIII. A lo largo del tiempo albergó diferentes instituciones. En 1836 el arzobispo Vélez lo convierte en hospicio. Desde 1891 en la capilla que fue de Santo Domingo se instaló el Panteón de Gallegos ilustres. En él están enterrados Rosalía de Castro, Alfredo Brañas, Ramón Cabanillas, Fracisco Asorey y Domingo Fontán y en la capilla que fue del Santo Cristo, Alfonso Daniel Rodríguez Castelao. También fue casa de la beneficencia dirigida por las hijas de la caridad y colegio de sordomudos y ciegos. Desde 1963 acoge el Museo Municipal y desde 1976 el Museo do Pobo Galeo.

Parque de Bonaval

El Parque de Bonaval, Abierto al público en 1994, ocupa la finca del convento de San Domingos de Bonaval que data del siglo XIII. El parque, con una superficie de 35.000 metros cuadrados, está dividido en tres zonas claramente diferenciadas. Fue diseñado por el arquitecto portugués Alvaro Siza Vieira creando un espacio dominado por el césped, árboles, muros de piedra. Una zona de huerto aterrazado, un viejo robledal y un cementerio en desuso. Actuar en un ámbito tan singular para transformarlo en un parque público implicaba hacerlo desde el respeto a lo ya existente. Restos de muros, ruinas, caminos, tumbas y, sobre todo, piedra y agua. Al limpiar los arroyos y las fuentes, se deja que el agua discurra por donde lo venía haciendo, para alimentar, esta vez, la vida del propio parque. En la zona baja del huerto se recupera un pequeño jardín geométrico al que se accedía desde el convento y se aprovecha la inteligente traza antigua de plataformas a distintos niveles comunicadas con rampas. Sobre una de estas plataformas, se ha colocado una escultura de Eduardo Chillida «La puerta de la música» contra los muros de cerramiento en una zona escalonada de pendiente pronunciada. Atravesando una puerta bajo un enorme dintel con una letra omega labrada, se accede al viejo cementerio, de trazado ortogonal. Los materiales utilizados y la forma de hacerlo nos hablan del extremo cuidado con el que se ha trabajado. Se trata de los mismos materiales que existían, granito, hierba, musgo, agua, hasta el extremo que la combinación entre ambos, sin querer falsificar nada, se mantiene casi en el mismo plano de lo que ya había. Podemos ver esculturas de Aiko Miyawaki. Este parque es uno de los más bonitos de la ciudad.